martes, 15 de enero de 2019

Carta al amor que tanto extraño


Hoy nuevamente estoy aquí escribiendo, es 15 de enero del 2019 y son las 6:10 am, estaba durmiendo. Es martes, seguro estás trabajando, tal vez ni te acuerdes de mí, yo contigo estaba soñando. Hace frío, y es difícil dormir solo, la cama se vuelve inmensa y fría en cada centímetro. Me ha despertado la desesperación, la ansiedad, el miedo, la nostalgia. Te he visto tan contenta en la divagación de mi mente, y me levanté mal, por el simple hecho de sentir que te estoy perdiendo, que te estás alejando, que has cambiado. Si antes me demostrabas cuanto me necesitabas hoy mi corazón siente cómo el tuyo demuestra cosas que antes no imaginaba. Tal vez sólo necesito un abrazo, uno fuerte y duradero. Debes de saber que todo lo que siento por ti es más que verdadero. Aún recuerdo diáfanamente aquellos días de verano cuando comenzamos a tomarnos de la mano, en esos momentos es cuando uno se siente vivo y con un propósito para seguir adelante. Te juro, mi amor, eres lo mejor que me ha pasado, y tengo escrito en mi alma todo lo que hemos vivido solo tú y yo desde el primer instante. Pero mi niña, es imposible no sentir nada por ti, te volviste ESENCIAL en mi vida. 




Te extraño, no imaginas cuanto, de mi mente no puedo sacarte, en todos partes siempre estás tú, desde el café por la mañana, la comida a medio día, en mis horas de estudio, a la hora de lavar los trastes (sé que no te gusta hacerlo); pero es a la hora antes de dormir cuando tu recuerdo se hace más intenso. Me lleno de nostalgia cuando empiezo a recordar todos los momentos que hemos pasado juntos, han sido los mejores. A tu lado la vida se vuelve fácil, lo que antes para mí era aburrido hoy se torna divertido, lo que antes me parecía inalcanzable hoy parece más cercano, y siento que hasta lo imposible contigo es posible. Pero también los temores se vuelven más certeros, los malos pensamientos generan desconfianza, los celos se hacen más fuertes a medida que esto avanza. Estoy mal, lo sé, pero hazle entender al puto, desobediente, rebelde, díscolo, bipolar, encolerizado, deprimido, temeroso, y orgulloso corazón que debe aprender a confiar más, pero quien somos tu y yo para enseñarle como debe ser, si a base de todos nuestros errores y decepciones él ha formado una coraza, una estrategia, una barrera, una vasta inteligencia poco convincente, para advertirnos cuando algo parece que anda mal.



Hoy te he soñado, estabas sentada frente a mí, y lo juro, tenías la sonrisa más hermosa del mundo, los ojos más resplandecientes, como una vez los vi, tu alegría era tan inmensa y contagiosa, que hasta la flor más marchita se levantaría al contemplar tanta belleza. Estos últimos días has aparecido en mis sueños, en algunos tristes y en otros de lo más feliz. Tal vez sea por el miedo a perderte; lo sé, estoy mal, porque si algo va a pasar entre nosotros, pasará, ya sea para bien o para mal. Pero resulta imposible no tener miedo a la desilusión. Son tantos los planes juntos, son tantos los sueños contigo, son tantos los momentos que hemos caminado de la mano. Tal vez son pocos días los que hemos pasado, pero lo juro, todos esos días son inolvidables. Quiero que sepas lo mucho que me gustaría vivir contigo momentos como estos, me gustaría ser el amor de tu vida y que tú hubieras sido mía, porque te juro que yo… yo si sueño con envejecer a tu lado y hacer de nuestras vidas una plena felicidad…

PD: Te extraño, pero creo que es necesario parar de escribir cuando el corazón ya se ha desahogado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario